Actualmente, la calle de San Eustaquio tiene una longitud de casi un kilómetro y una anchura media de 50 metros. Tiene un gran alcance estructural para el conjunto del área industrial, así como para la Colonia Marconi, cuyos vecinos llevan tiempo reclamando esta actuación. Es una de las vías con mayor potencial para constituirse en eje vertebrador de la movilidad al sur de la Gran Vía de Villaverde, que se acentuará por su enlace con los futuros planes parciales de Los Aguados y Los Llanos. En la mayor parte de su trazado, esta calle se configura con un bulevar central. Sin embargo, en su extremo norte, reduce considerablemente su sección y termina en un tramo sin salida de diez metros de ancho que topa con la plataforma ferroviaria.
Los objetivos de esta intervención se concretan, en primer lugar, en dar solución a las conexiones de los polígonos de La Resina, Los Ángeles y la Colonia Marconi con la Gran Vía de Villaverde y con el apeadero ferroviario de San Cristóbal. Y, en segundo lugar, en el impulso a la articulación del polígono industrial en torno al eje de la calle San Eustaquio, en especial mediante la consolidación de los usos dotacionales y de servicios apoyados en este eje.
Esta conexión entre la Gran Vía de Villaverde y la calle de San Eustaquio contribuirá a generar una malla de itinerarios de carácter local, garantizando una mayor permeabilidad y reduciendo recorridos, lo que favorecerá la movilidad peatonal y ciclista.
Parte de la Estrategia VIVAVI
Esta actuación forma parte de la Estrategia Urbanística para la Actividad Económica de la ciudad, que el delegado del Área de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, presentó en febrero de 2022 con el objetivo de activar las áreas de actividad económica de los distritos de Villaverde, Vallecas y Vicálvaro (VIVAVI), impulsar de forma integrada la logística y ajustar el papel de algunos tejidos mixtos y suelos vacantes en los distritos periféricos de Carabanchel, Tetuán, Fuencarral-El Pardo, Hortaleza, Moncloa-Aravaca y Barajas mediante la puesta en servicio del patrimonio público de suelo.
Con esta estrategia, se pretende impulsar la actividad económica en esos distritos, pero también contribuir a la creación de centralidades periféricas que den lugar a un mayor equilibrio territorial, logrando una menor dependencia de la almendra central en aras de una mayor sostenibilidad y resiliencia del conjunto de la ciudad y sus ciudadanos.