La finalización de la Catedral de las Nuevas Tecnologías, que haciendo honor a su nombre sigue inmersa en un prolongado proceso de ejecución, podría tener por fin fecha en el calendario. El Ayuntamiento de Madrid tiene previsto estrenar la reforma de la antigua fábrica de ascensores Boetticher de Villaverde el próximo mes de abril, sin focos y con una serie de actividades experimentales para, una vez que esté hecho el rodaje de las instalaciones, organizar «un gran evento, seguramente en septiembre».
Lo anuncia el coordinador general de la Alcaldía, Luis Cueto, que explica que previamente se tienen que «implementar las infraestructuras que faltan», como instalar las butacas del auditorio y el sistema de megafonía. En los presupuestos municipales de 2016 hay una partida de 60.000 euros para terminar los trabajos pendientes.
La Catedral de las Nuevas Tecnologías figuraba ya en el programa con el que Alberto Ruiz-Gallardón, del PP, concurrió a las elecciones locales de 2003, pero las obras no comenzaron hasta 2010. El año pasado, antes de marcharse del Palacio de Cibeles, la alcaldesa Ana Botella presentó una iniciativa de colaboración público-privada para poner en marcha las instalaciones, pero tampoco llegó a cristalizar en nada concreto.
«En este modelo, que tiene algunas ventajas, se optó porque sólo pudiesen colaborar empresas que facturaran 50 millones de euros. Eso hizo que sólo tres compañías, Telefónica, Iberdrola e Indra, se yan han presentado», precisa Cueto, que subraya que, «curiosamente», a las firmas patrocinadoras «no se les pedía un proyecto, sólo la voluntad de colaborar». «Esa voluntad todavía no está nada clara en qué se va a producir», añade el coordinador.
Para la puesta en marcha de la nave Boetticher, que entre sus objetivos mantendrá la idea original de hacer de la capital un referente de la vanguardia tecnológica, el equipo de Manuela Carmena está ultimando un acuerdo marco con la Universidad Complutense que, entre otras cuestiones, propiciará que los alumnos puedan hacer uso de estas instalaciones. Así, programas como el de la Fundación Universia, que favorece la inclusión educativa y laboral de las personas con discapacidad a través de los nuevos sistemas de comunicación, y el Parque Científico tendrían aquí «un sitio natural» por su carácter innovador.
Paralelamente, el Ayuntamiento quiere hacer de «puente» entre los trabajos de investigación que se desarrollan en la Complutense con diferentes empresas, como el Campus Google. «Proyectos de starts-up iniciados en la universidad se podrían probar en las aceleradoras del campus Google», señala el coordinador de la Alcaldía, sorprendido de que no haya conexión entre el mundo académico y el tecnológico real que trabaja en la capital.
La construcción industrial de Villaverde, que ahora se reinaugurará como Catedral de las Nuevas Tecnologías, fue diseñada en 1934 por el ingeniero Eduardo Torroja, abuelo de la cantante del grupo Mecano. La fábrica mantuvo su uso original hasta 1992, cuando echó el cierre definitivo.
En la rehabilitación que se ha desarrollado durante años se han invertido más de 30 millones de euros y se ha respetado la mastodóntica estructura de hormigón gris, rematada con adornos de colores brillantes. La instalaciones de 14.900 metros cuadrados cuentan con un área expositiva, zona de formación y contenedores de transporte de mercancías habilitados como despachos y aseos.
El grupo municipal de Ahora Madrid quiere que, aparte de crear un «cierto de innovación y vanguardia», la nave Boetticher dé empleo a los parados del distrito de Villaverde, aunque esta iniciativa aún no se ha definido