En Villaverde Bajo ha ocurrido un «milagro»: han «desaparecido» las moñtañas de basura que se agolpaban en las aceras del barrio desde el pasado jueves. Tras las quejas de los vecinos denunciando esta situación, recogidas en este diario, las calles del distrito madriñeño han vuelto a verse relucientes.
Hasta ayer por la tarde, como se puede ver en la imagen que ilustra la noticia, los desperdicios desbordaban los cubos. Algunas bolsas reposaban en el suelo. Calles como las de Juan José Martínez Seco, Esperanza Macarena y José del Pino mostraban la misma estampa a tres días de que comenzase, previsiblemente, una huelga de recogida. El responsable de UGT de limpieza viaria, Moisés Torres, negó ayer que se trate de una huelga encubierta. Desde Urbaser, la empresa que se encarga de retirar los residuos en esta zona, informaron de que se debía a algún problema puntual en la ruta. «Lo que falte se recogerá esta noche [por la de ayer]. La huelga no ha empezado y no lleva dos días sin recogerse», puntualizó Cespa-Urbaser.
Los trabajadores del servicio de recogida de basuras de la ciudad de Madrid amenazan con ir a la huelga el 11 de mayo, coincidiendo con la campaña electoral, si no consiguen desbloquear la negociación colectiva con las empresas concesionarias del servicio –FCC, que opera en siete distritos del centro y la UTE Cespa–Urbaser, que recoge en 14 distritos de la periferia de la ciudad–. Piden una subida salarial, ya que llevan cinco años sin aumento; que no haya más despidos –en el último lustro se han perdido 1.500 puestos y fue el motivo que llevó a una huelga salvaje en noviembre de 2013– y un convenio único, ya que las dos contratas tienen condiciones diferentes para sus trabajadores.
La última reunión
Las reuniones mantenidas no han sido favorables para el colectivo de limpieza. Hoy vuelven a sentarse con las empresas a las once de la mañana. Si no se alcanza acuerdo, el domingo convocarán en asamblea la huelga de carácter indefinido. El paro comenzaría el lunes a las siete de la mañana.