La Plataforma en Defensa de la Educación Pública y de Calidad en Villaverde por un lado y la Izquierda Unida de Villaverde por otro lado, se posicionan en contra del uso de instalaciones educativas y deportivas públicas como albergues de los peregrinos que van a participar durante el mes de agosto en las Jornada Mundial de la Juventud en nuestra ciudad. Además de los 18 colegios del distrito, están la instalación deportiva de San Cristóbal Plaza de los Pinazo, el centro deportivo municipal Félix Rubio de la calle Alianza y el polideportivo municipal Raúl González. No solo serán instalaciones y servicios públicos los que se prestarán con total gratuidad a la Iglesia Católica, también habrá personal público, que deberán trabajar en el mes de agosto para dar cobertura a la JMJ. Eso quiere decir que sus vacaciones serán en septiembre, cuando el inicio de curso hace importantísimo su concurso en la labor diaria de los centros docentes.
El Consejo escolar ni pincha, ni corta en el asunto
Además los gastos de agua o iluminación que se generen en esos días se pagarán a cuenta de los propios centros escolares reduciendo su margen de maniobra en una situación ya de por sí complicada teniendo en cuenta los recortes que se están llevando a cabo por la Consejería de Educación.
Tampoco se especifican por ese departamento autonómico qué ocurrirá con los posibles desperfectos en las instalaciones si es que estos tuvieran lugar. Esta y otras muchas preguntas que se hacen claustros de profesores, equipos directivos y las diversas comunidades escolares no tienen respuesta, son obviados como lo han sido en todo el proceso de toma de decisión de este asunto: el Consejo Escolar, máximo órgano de decisión de los centros, ha sido excluido en todos los casos y no se ha dado pie ni al debate interno y ni a la posibilidad de propuestas alternativas.
Cuando las necesidades educativas en nuestro distrito son enormes y, en muchas ocasiones, las diversas administraciones han esgrimido los problemas presupuestarios para suplirlas, todo esto es una falta de respeto. Un ejemplo es el instituto que llevamos pidiendo para el barrio de Los Rosales-Butarque, las necesidades de escuelas infantiles en el distrito, la saturación de colegios e institutos o el propio mantenimiento de los centros.
